miércoles, 13 de agosto de 2014

Nosotros, los que fuimos, los que somos, los que seremos.

Ubuntu: "Soy porque nosotros somos."
"Iñche ta kimün peñi, kimliñ iñchiñ taiñ tuwün kimaiñ chew taiñ amual."
(Yo sé, hermano, que solamente saber de dónde venimos ayudará a saber adónde vamos.)
~ Refrán Mapuche.

La importancia de la cultura ancestral está en identificar y formar al “nosotros”, porque después de todo somos nosotros. Podemos entender de una vez por todas que existe un nosotros más grande, un nosotros que abarca a todos y cada uno de “los otros”.

Y es que con la pérdida de las tradiciones (tan ligadas a la supervivencia en regiones específicas), hemos perdido la seguridad del código, del compartir, de que el otro piensa y siente parecido la realidad y la forma de resolver las dificultades.

Toda danza tradicional, todo canto, absolutamente cada manifestación de la cultura, al parecer, ha adquirido un lugar importante gracias a su utilidad para la supervivencia del grupo. Quizá, la danza de todos los días en África muestra cómo esquivar a un antílope desbocado en un intento de caza, cómo beber agua separando antes la mugre de la superficie, cómo caminar kilómetros sin cansarnos tanto. Quizá los movimientos rituales amazónicos entrañan el secreto de cómo subirse a los árboles, de cómo estirar el arco o pelar una rama. Siempre el uso eficaz de herramientas está ligado a las tradiciones, así como las letras de las canciones hablan de cómo realizar correctamente determinadas técnicas, transmiten recetas, formas de cortesía, o cuentan las cosas que le pasan a uno cuando hace algo. 

Además cualquier danza o técnica tradicional es entrenamiento para el cuerpo, vehículo de nuestra vida y existencia humana. Esto habla de lo esencial que es mantenerlo sano y dispuesto: Cuanto más hostil el clima y el lugar, más lo necesitaremos. Son muchas las danzas femeninas que incorporan movimientos específicos similares a los del parto: Entonces en el momento en que más necesita una mujer su cuerpo, porque de él depende la vida de su hijo (y quizá la suya), gracias a la danza sus músculos y articulaciones están preparados y las tareas son realizables, de forma relajada e incluso con placer.

Cuando menos energía debamos gastar para desplazarnos por el territorio, para obtener lo que necesitamos para sobrevivir, mejor. Por eso no es de extrañar que el sedentarismo esté adquiriendo características de tradición en occidente, que las vidas se acorten, que los cuerpos se intoxiquen: El ser humano no puede vivir desconectado con la naturaleza, para decirlo de otra manera: con sus modos de producción. Estamos atados a vivir como vivimos al ambiente, al territorio, a los otros, a los animales y las plantas: al planeta.

Es por eso que estamos para encontrar lo que, a pesar de nuestras diferencias, nos convierte en “nosotros”. Porque cada tradición tiene sentido y su mixtura es la forma de crear un recorrido vital único, el regalo de nuestros ancestros a quienes somos parte de esta generación global. Hoy el territorio es el mundo, no siempre el territorio físico, pero definitivamente sí el territorio cultural, el collage de pensamientos, cuentos, cantos y culturas.

E independientemente de dónde creamos que venimos hay ciertas verdades indiscutibles: Todos provenimos de una mujer y un hombre: Nuestra madre y nuestro padre, que por breve que haya sido su encuentro encerró todo el amor del mundo para dar lugar a nuestro ser, más allá de los juicios que podamos hacer sobre las circunstancias bajo las cuales se dio ese encuentro. Y teniendo claro de dónde venimos y que el sentido de la vida es para adelante, es mucho más fácil decidir hacia dónde ir.

Necesito inclinarme ante nuestro mundo y nuestra época, ante nuestros ancestros que lo hicieron posible relajándose y encontrando su guía en lo que les produjo felicidad, y que desearon guardar para los que vendríamos. Necesito aceptar nuestras oportunidades, inmensas, infinitas; y mi responsabilidad de elegir entre ellas mi parte de tarea, de aprendizaje y de disfrute.

Y tomo mi responsabilidad en la creación de un mañana para todos, en honor a los que fuimos y como regalo a los que seremos.